Capitolo 93 Emilia
Emilia prese la saliva e negò la testa.
"No puedo", contestó de manera cortes. "Lo siento, señor Herrera, ma non posso subirme a ese auto".
"¿Y puedo saber por qué no?", chiese Osvaldo con seriedad. "Estamos llamando la atención de los demás y no es bueno que estemos hablando en este lugar. In este momento somos blancos fáciles".