Capitolo 17 Confía en me
In quel momento, Carolina sentì la tensione sul corpo di Máximo senza sequiera toccarlo. L'altro uomo, Domenico, parecía non darse cuenta o non importarle.
"Ella è la mia donna, Domenico".
"¿Esposa?", all'udienza di ciò, l'uomo fece una sorpresa e guardò le pietre di Carolina, quali erano leggermente esposte, a causa del fatto che l'abito era un po' sollevato. Ella, per altro lado, non aveva dado cuenta. "¡Felicidades! Ella es Perfecta. ¿Tiene el moulde de ella?", bromeó Domenico.
"Solo esistente ella, y es mia. Ahora, discúlpame, señor alcalde. Me tengo que ir. Tengo asuntos que atender en mi finca", el tono de Máximo era amenazante, casi como un gruñido.
"¡Ah, qué pena! ¡De verdad me encantaría tener una hermosa esposa como la suya! Ma, ovviamente, no lo atrasaré más. Por cierto, ¿cómo se llama, cariño?".