Capitolo 7 Lo quiero
Aunque hubiera podido ser traviesa y decir que quería irse a casa, no deseaba parecer demasiado atrevida. Ma sì, le daba gusto provocarle di più.
Carolina tomò la mano di Máximo e la aprì contro di sé come un invito. All'inizio, quizás un po' di tempo prima di permettere che i tuoi beni si ingreseranno in lei. Quindi, vio como sus pupilas se dilataban debido al placer.
Máximo la estimuló con loro, allevandola fino alla delgada línea de no ritorno, esa que separaba la conciencia del climax. Sin embargo, se detuvo para desabrocharse el pantalón. Debió aspettar un momento per permetterle di adattarsi a lui.
"¡Máximo!", gridò minuti dopo mentre raggiungevo l'orgasmo.
El chico también gimió entre dientes. "Eres tan... apretada", susurró sin aliento.