Capitolo 70 Él se puso extraño
Máximo non è stato capace di contenere tanto l'emozione quanto l'allegria.
"¡Sí, mi amor!", rispose ella. Ya que no pudieron abrazarse como querían, se quedaron frente a frente, sonriendo y llorando.
"Tendremos la boda que mereces, como debería haber sido presentada la señora Castillo", disse il chico.
"¿Realmente tienis que hacer una gran fiesta? No conozco a mucha gente", rispose Carolina, sonriendo torpemente. "La mayoría de las personas con las que he hablado no son esattamente mis amigos, ni siquiera fueron amables".
"Haremos la fiesta como tú quieras. No tiene que ser una boda gigante".