Capitolo 52 Mio
¡ Esa voz que le llenaba los pensamientos y sueños tanto de día como de noche!
"¡Má-Máximo! ¿Eres tú?", chiese la pelirroja, e Carolina anche una ceja. ¿Se conocían?
"¡Señor Castillo!", esclamò il gerente, facendo una rápida reverencia. "Ya me estoy encargando de la situación. Le pido disculpas. La señorita con los niños ya se iba".
Aunque Carolina aún non avevabía mirado hacia Máximo, respiró hondo y se volvió hacia él. Su sorpresa fue abrumadora. No llevaba máscara. Él era.. era...
"¿Máximo?", chiese llevándose la mano alla bocca. "¿Eres...?".