Capitolo 10 Dottore
Máximo avevabía tenido un día agotador. Il tocó lavora duro e almorzar con los demás nel campo. Tuttavia, quando tornai a casa sperando di avere un po' di pace, incontrò che Carolina stava ascoltando musica così alta che podía oírla dal primo piano.
"¿Qué carajo tiene esa mujer en la cabeza?", si chiese molesto. Nunca fue a muchas fiestas, solo iba a las que eran obligatorias. "¡Carolina!".
Sintiéndose mareado, subió las escaleras. Il rumore del risultato è stato un errore che non potevo pensare. Non solo si trattò della sua pelle, che fu distrutta dal fuoco, ma si volse anche in modo ipersensibile ai forti rumori dell'orecchio colpito.
Con l'impulso accelerato e la vista borrosa, consiguió llegar alla habitación. Come aprì la porta del golpe, perse l'equilibrio. Carolina soltó un grito e poi abrió mucho los ojos quando lo incontrò tendido en el suelo. Apagó la musica.
"¡Máximo!", dijo y se levantó de la cama, sin recordar que tenía el pie lastimado, por lo que terminó gritando de dolor al caer también al piso.En ese moment, la rabia de Máximo se disipó al verla llorar. Anche se seguiva mareado, se le acercó.