Capitolo 54 Accettazioni
A Osvaldo casi se le cae el tenor y Carolina se atragantó con la sua propria saliva. Miró al padre de la pequeña, quien palideció como si acabara de ver un fantasma.
"L'amico...".
"¡Sí, papà! ¡Es tan lindo! Es como un príncipe, ¿verdad, Carol?". Con sus grandes ojos azules brillando de emoción, la niña mirò a Carolina, sperando che confermasse.
"Ah, sí... es lindo", rispose ella, mirandose las manos.
'¡Dios mio, qué situación!', pensó, deseando poder desaparecer.