Scarica l'app

Apple Store Google Pay

Indice

  1. Capitolo 101 Parlando del fidanzato di Emilia
  2. Capitolo 102 Madre
  3. Capitolo 103 Conversazione
  4. Capitolo 104 Ultimo incontro prima del matrimonio
  5. Capitolo 105 Il matrimonio
  6. Capitolo 106 Prima notte di nozze
  7. Capitolo 107 A casa
  8. Capitolo 108 Avresti potuto dirmelo
  9. Capitolo 109 Pieno di orgoglio
  10. Capitolo 110 Cabo San Lucas
  11. Capitolo 111 Test
  12. Capitolo 112 Hai il potere
  13. Capitolo 113 Al centro di addestramento
  14. Capitolo 114 Lei non è disponibile
  15. Capitolo 115 Non mi fido di lui
  16. Capitolo 116 Tratta bene tua moglie
  17. Capitolo 117 Scusa
  18. Capitolo 118 La nostra principessa
  19. Capitolo 119 Verità
  20. Capitolo 120 Amo Emilia
  21. Capitolo 121 Legato
  22. Capitolo 122 Cuore di burro
  23. Capitolo 123 È giusto
  24. Capitolo 124 In soccorso
  25. Capitolo 125 Inorridito
  26. Capitolo 126 La mia regina
  27. Capitolo 127 Svegliati
  28. Capitolo 128 E questo non lo perdono
  29. Capitolo 129 Nuovo inizio
  30. Capitolo 130 Pensando a lei
  31. Capitolo 131 Molto inquietante
  32. Capitolo 132 Lo prometto
  33. Capitolo 133 Obblighi
  34. Capitolo 134 Offerta
  35. Capitolo 135 Ospitalità
  36. Capitolo 136 Messaggi
  37. Capitolo 137 Non una minaccia, solo un avvertimento
  38. Capitolo 138 Vedova
  39. Capitolo 139 Pomeriggio
  40. Capitolo 140 Te lo meriti
  41. Capitolo 141 Principessa
  42. Capitolo 142 Cosa stai facendo?
  43. Capitolo 143 Ora
  44. Capitolo 144 Bacio
  45. Capitolo 145 Cucciolo
  46. Capitolo 146 Non continuare a chiamarmi
  47. Capitolo 147 Quella donna
  48. Capitolo 148 In ogni caso
  49. Capitolo 149 Formazione
  50. Capitolo 150 Sorriso sciocco

Capitolo 4 De descanso

"¡Baja ahora mismo!", ordenó con firmeza.

'Máximo', pensato. La voce era facile da riconoscere, proprio come il suo tono aspetta.

"No", rispose con calma, acostándose de nuevo con il suo libro in mano.

"Carolina, ¿quieres que te arrastre hasta el comedor?", la amenazó. Parecía dispuesto a hacerlo; ella no lo dudaba.

"Para ser sincera, no quiero eso. De hecho, ya que estamos hablando de lo que yo quiero, ¿por qué no me dejas en paz?", replicó decidida.

"¿¡Qué dijiste!?", chiese incredulo, sorpreso dal suo atrevimiento.

Carolina se sintió satisfecha. Se fosse vero che l'avessi 'arrastrarla', allora avrei dovuto mostrarmela una volta prima. Además, se alegró de que se sintiera ofendido, después de como la había tratado.

"¿Es porque aún no te he pagado?", le preguntó, haciéndola temblar de rabia.

"¡Fuera de aquí!".

"¡Esta es mi casa!".

"¡Y también es la mia, ya que soy tu mujer!", replicò lei, dejándolo sin nada que decir. Sonrió, sintiéndose victoriosa.

Se girò di spada alla porta e tornò alla lettura.

Máximo irrumpió en el dormitorio y la vio tumbada boca abajo, vestida con un cami són corto que dejaba poco a la imaginación. Non è possibile evitare di ammirare le pietre tonificate e il cuscino ben formato. Tragó saliva y se acercó a ella.

'¿Qué debo esperar de una mujer con un cuerpo así? Devi essere molto facile per divertirti con altri uomini, vero? ¡Pero ahora es mia!'.

Carolina sentì una presenza dietro di lei e frunciò il ceño, incapace di creerlo. Ma quando guardavo la parete, avevo un'ombra.

Se girò con rapidez e si incontrò cara a cara con un uomo alto. Tenevo il cavolo rubino e la pelle leggermente bronzata, cosa che indicava che era stato al sole. Llevaba unos vaqueros oscuros, un cinturón con una gruesa hebilla y una camisa verde claro abotonada que dejaba ver sus fuertes brazos. Notó cicatrices en uno de ellos.

Tuttavia, quello che le ha chiamato l'attenzione è stato il suo rostro. El lado con cicatrices en el brazo y el cuello estaba cubierto por una media máscara. Nel lado visibile, comprobó lo guapo que era: labios algo carnosos, de un tamaño acorde con su rostro, nariz qu e parecía esbelta, ma non podía estar segura debido alla máscara. Sus cejas eran pobladas, a pesar de ser de color claro y sus ojos... eran verdes como smeraldas. Ma brillaban con ira e desprecio.

"¿Estás satisfecha?", chiese con los dientes apretados e los ojos llenos de furia. Fue quindi quando Carolina registrò che non dovevo mirarlo definitivamente. Se lo aveva detto il giorno prima.

"No", rispose ella, recorriéndole el cuerpo con la vista antes de volver a su rostro.

"Eres bastante descarada para ser virgen", se mofó mirandola de arriba abajo, curioso por ver hasta qué punto podría serlo.

"No soy virgen. Me casé, tuve mi noche de bodas y también un poco de acción en la oficina", replicó la chica con tono serio, mirandolo desafiante. "Por desgracia, mi marido es un idiota y un patán".

Nell'avvicinarsi a lei, Carolina percepì il profumo di Máximo. Era amaderado y le iba a la perfecció n .

"Te dije que no me miraras, ¿no?". Su tono era amenazador.

"No estoy ciega. Gracias a Dios", contestó ignorando la clara advertencia de su marido. "¿O qué? ¿Vas a sacarme los ojos? ¿Arrancármelos? Conociéndote, no me extrañaría".

"¡No soy un monstruo! Lo dices por mispecto, ¿no?".

"¡¿Pero qué dices?! Perfecto, además de todo lo anterior, estás loco...". Una voce nel fondo della tua mente le consiglia di custodire il silenzio. ¿Y si era como su padre? ¿Y si la pegaba?

Estaba sola en una finca aislada; Il massimo era enorme, molto più grande e forte di Gaspar. Una bofetada potrebbe distruggere il rostro.

Mentre respiravo hondo, si acercó rápidamente alla chica, il levantó sobre la cama y la hizo arrodillarse ante él. Si inclinò finché estuvieron fronte a fronte.

"¡Ay! ¡Me estás lastimando!", si quejó, intentando zafarse de su agarre.

Máximo bajó la mirada hacia el camisón; i suoi pechi si incontrano desnudos dietro quel piccolo pezzo di tela. Affogò l'agarre e si diresse verso la porta, che chiuse un portazo con frustrazione, prima di voltare a centrare l'attenzione in Carolina. Ella ha avuto difficoltà.

Impezò a smontare i pantaloni e lei supo quello che volevo. Incluso si también lo deseaba, esta vez estaba deciso a ser dura.

'Aunque no del todo', se dijo. Pertanto, prima di cedere, detuvo la situazione.

"Discúlpame, señor Castillo, ma esa prostituta está fuera de servicio esta noche", ha bló con amargura, vedendo come i suoi occhi se abrían de sorpresa. "¡Por favor, vete!".

Señaló la puerta con rabia.

Máximo la miró con enojo y perplejidad. ¿De veridad lo estaba rechazando y echando de su habitación?

"Te deseo", dijo acercándo se. Máximo era cosciente di ciò che stava diventando dipendente da lei.

"Estamos casados. ¿No es eso lo que hacen los esposos? ¡ Esta debería ser nuestra luna de miel! Y si quiero tener hijos...".

"¡Ah!, ¿en serio? ¡Pues, qué pena!", contestò la chica secamente. "Esta noche no trabajo. ¡Lárgate!". El tono áspero de su voz la hizo parecer, a sus ojos, como una gatita enfadada con las garras fuera, ma incantadora.

Carolina tenía los ojos llenos de lágrimas, no solo de tristeza, sino de rabia y frustración. ¿Cómo podía ser tan insensible?

Máximo quería agarrarla por la fuerza y besarla. Immaginavo che se lo avesse fatto come antes in the oficina, ella sentirebbe la misma passione e se entregaría a él. Dio un passo adelante; sin embargo, Carolina, furiosa, le lanzó una almohada.

É l la vio y se echó a reír, tirando la misma al piso.

"¿Una almohada? ¡Parece más bien una invitación a tu cama!".

Carolina è andata al suo vicinato e questa volta le ha lanciato il libro. 'Las gatitas también son muy peligrosas, con garras afiladas y dientes puntiagudos ', pensó con amargura, sin esperar que tuviera el valor de lanzarle algo, por lo que no lo esquivó. Il libro le colpì il lato della maschera e sentì un leggero ardore nel cuore cabelludo.

Con los ojos muy abiertos, Carolina lo osservò, incrédula. Non speravo di ricevere il colpo.

تم النسخ بنجاح!