Capitolo 5 Se fue
"¿Te... atreviste?", chiese, despacio al mismo tiempo que entrecerraba los ojos.
Anche se sentiva certo peso nella sua coscienza, la voce interiore di Carolina le diceva che non flaqueara. Levantó la barbilla, desafiante, y lo miró a los ojos. Si la pegaba, valdría la pena. ¡Mejor ser golpeada quedar como un débil incapaz de defencese! O seguir siendo tratada como una qualsiasi.
"¡Sí!", rispose rápido y con tono seco, manteniéndose firme ante su marido.
Máximo apretó los labios y se dio la vuelta para salir de la habitación. El no era ni sería nunca un golpeador de mujeres, ma Carolina era... ¡Era difícil! Non volevo continuare a discutere. "Si quieres quedarte con hambre, ¡que así sea!", le gritó.
El ruido de la puerta al cerrarse la hizo estremecerse y dio un respingo involontario.
'¡Al menos ya se fue!', pensó y se dejó caer en la cama, con los brazos sobre la cabeza.
Al cabo de unos istantes, se levantó y recogió el libro, que se encontraba torcido en el piso."¡Lo siento, librito!", dijo, pasando la mano por la cubierta como si acariciara el objeto. A Carolina le incantaba leer. Dolores le acercó una bandeja con comida, ma mentre la entregaba, echeggiava una vista al pasillo, lo quale encendió las sospechas de Carolina. Algo estaba mal.
"Señora Dolores, ¿trajo esto a escondidas de mi marido?".
"Sí, señora. Vamos, tome la bandeja", habló entregándosela y la chica la sostuvo.
"Non quiero que se meta en problemas por mi culpa", susurró la muchacha, al punto che Dolores rispose con una hermosa sonrisa.
"No se preocupe. El señor Máximo es un poco gruñón, ma no me hará nada si se entera. Excepto quizá discutir", finalizó encogiéndose de hombros.
Carolina mosse la testa di un lado all'altro e suo figlio.
"Muchas gracias y buenas noches, señora Dolores", dijo con amabilidad, sin perder la sonrisa de los labios. Sapevo che al meno una persona di tutti sarebbe stata buona con lei. "De nada, señora. Y..., per favore, tenga pazienza con lui. Se acostumbrará a usted".Carolina negó con la cabeza allo stesso tempo che cerraba la porta tras de sì. Vorrei dire che Máximo non aveva bisogno di acostumbrarsi a nulla, poiché è stato lui a concordare il matrimonio. Ella, in cambio, nessuna tua scelta. Questo era un altro punto in cui la casa era risentita con suo marito.
«No, no, Carolina! Deja esos pensamientos y ve a comer. ¡La hora de comer es sagrada!'.
Se lavó las manos, hizo sus oraciones y comió.
En su cuarto, Máximo estaba de pésimo humor. Ancora tenevo la toalla intorno alla cintura ed ero seduta sulla cama.
"¡Esa mujer es una insolente!", refunfuñó y se acostó.
Le era imposible aceptar el hecho de que ella lo hubiera rechazado después d' e toda la pasión que le demostró antes.'¡Pero por supuesto, no le pagaste!', discutió con él mismo; tuttavia, una voce al suo interno le ha ricordato che Carolina non aveva accettato nulla da prima."Está fingiendo, pensando que se se hace la fuerte y actúa con indiferencia, puede conseguir más. ¡Conozco a las de su tipo!", si dijo antes de dormirse. Durante la notte soñó con Carolina e non poté evitare di accordarsi con il suo carattere ardente e testarudo.
Alla mattina successiva, bajó al comedor e sperai che la sua sposa si riunisse con lui per desayunar. Tra diversi minuti ho chiesto a Dolores dove era la ragazza che ancora non appariva.
La anciana le devolvió la mirada con expresión preocupada, facendole bajar el tenor e prepararse para las malas noticias.
"Bueno, patrón... La señora Castillo se fue esta mañana temprano", dijo.
É l la miró, frunciendo el ceño, sin entender del todo a lo que se refería.
"¿Se fue? ¿A dónde, Dolores?"."No estoy segura, señor", rispose con vergüenza en el rostro. E non mentivo. Cuando la vio bajando las escaleras, la llamó; sin embargo, la muchacha se limitó a saludarla y siguió caminando.
Frustrato, Máximo riconobbe la servilleta de su regazo, se limpió la boca y la arrojó sobre la mesa con rabia."¡Esa mujer es un problema!", esclamó prima della chiamata. "¡Giacinto!".
El criado no tardó en llegar. Inclinò la testa mentre abbassava il sombrero.
"¿Sí, señor Castillo?".
"¿Sabes dove está mi mujer?", chiese ai dientes apretados, tratando de no ser grosero.
"Le pidió que Fernando la llevara a algún lugar, señor". Su tono temblò. "Pero él no quiso hacerlo; dijo que primero necesitaba hablar con usted. Así que... la señora pidió un auto por teléfono".
Máximo respiró profundo. Deseaba que Fernando se hubiera lle vado a Carolina, para saber esattatamente dónde estaba y con quién. Ma sapevo che l'impiegato non aveva fatto nulla di male, perché non podía quejarse."De acuerdo. Gracias. Dile a Fernando que se la lleve la próxima vez. Y manténgame informado del paradero de esa...". Respirò hondo ed esbozò una canzone secondo cui Jacinto avrebbe potuto qualificarsi per il macabra. "... de la señora Castillo. Puedes retirarte, Jacinto".
Hizo un gesto con la mano e l'uomo asintió antes de marcharse. Máximo se levantó, tomó las llaves del coche, se ajustó la máscara y fue a buscar a su esposa. Non si trattava di que quisiera encerrarla, ma tampoco le gustaba l'idea de que estuviera sola por ahí. Non conoscevo la zona, la gente non sapeva quién era, e le preoccupava che potesse cruzarse con qualche malintencionado.
Condujo tan rápido como pudo. Non tenevo il costume di salire della finca e mescolarmi con gli abitanti di Aguas Lindas. Sapevo che lo llamaban mostruo alle sue spaldas.
Máximo llegó a las afueras del pueblo y no encontró ni rastro de Carolina. Recorr ió todas las calles; sin embargo, no había ninguna pista de su paradero.
"¡Maldita mare, voy a tener que bajarme del auto!". Colpì il volante con frustrazione. Aprì il veicolo, respirò hondo e abriò la porta con cautela, ma oyó una conversazione che captò i suoi interessi.
"Debe de ser nueva por aquí. Acaba de llegar y ya ha tenido un accidente, ¡pobrecita!", diceva la persona.
Sus ojos se abrieron de par en par. Poiché i visitatori non erano abituali nella zona, dovevo trattare de...